“Estaba mirando por Instagram una fiesta en Barcelona a la que fueron unos amigos (y yo no) y después, por Facebook, vi otro evento que me había perdido en el Hotel Vela de Barcelona: me sentí abatido”

 

 

En la sociedad en que vivimos, especialmente en las ciudades, como Barcelona o Madrid, si algo nos define es ir acelerados, y no solo en nuestro trabajo, sino también en nuestro tiempo libre.

FOMO: miedo a perderse algo

El miedo a perderse algo, denominado recientemente como FOMO  es la forma moderna y digital de un miedo social más tradicional, como es la exclusión. FOMO es un término que viene del inglés y sus siglas significan Fear of Missing Out. Este nuevo miedo está muy presente entre los jóvenes de menos de 30 años, aproximadamente, y aparece cuando un joven se siente alejado o excluido de algún evento social que se ha celebrado y en el que no ha estado presente.

FOMO  es la forma moderna y digital de un miedo social más tradicional, como es la exclusión

El concepto no es nuevo, sin embargo su nivel de influencia actual se ha visto potenciado por la unión de dos fenómenos: las redes sociales y el uso de los teléfonos inteligentes o smartphones.

La comunicación en nuestros tiempos ha cambiado de tal modo que gracias a las redes sociales podemos saber en tiempo real lo que está sucediendo en cualquier parte del mundo. Este nuevo fluir de la información ha comportado cambios tanto positivos como negativos en nuestro comportamiento y nuestra manera de relacionarnos con los demás.

Los principales cambios positivos que ha comportado esta, relativamente, nueva manera de comunicarnos es poder facilitar el contacto con personas que estaban lejos de nuestra vida por un cambio geográfico de trabajo (se han ido a vivir a Londres, Berlín, Madrid…). También puede suceder que la distancia no sea física sino temporal: el paso del tiempo y las circunstancias nos han separado también de muchas personas. Sea por el motivo que sea, las redes sociales han acercado estas personas a tan solo un clic de nuestras vidas, posibilitando que podamos establecer de nuevo los vínculos que eran frágiles facilitando que los podamos fortalecer de nuevo.

Las personas que padecen FOMO se sienten excluidas e inferiores a las personas que han participado en ese evento social en el que ellas no han asistido

Por otro lado, y hablando del tema que aquí nos ocupa, las redes sociales también tienen sus sombras y lugares oscuros. Estar constantemente expuesto a lo que pasa a nuestro alrededor puede tener efectos negativos en nuestra persona si no sabemos cómo gestionar dicha información. Parece que las personas que padecen FOMO se sienten excluidas e inferiores a las personas que han participado en ese evento social en el que ellas no han asistido. Según investigaciones recientes, se apunta que el FOMO se presenta entre personas de 18 a 33 años de edad y que estas sensaciones sostenidas en el tiempo pueden causar ansiedad y depresión.

El FOMO sostenido en el tiempo puede causar ansiedad y depresión

El miedo al rechazo o al ser aislado no es un fenómeno nuevo del siglo XXI ya que somos seres sociales y necesitamos del contacto humano. Aun así, esta exposición a la información facilita que el miedo de algunas personas pueda convertirlas en más frágiles y vulnerables en su día a día. Por un lado, no podemos estar en todas partes en todos momentos y, por otro lado, las personas que cuelgan las fotos o vídeos en redes como Instagram, Facebook, etc. suben a la red la mejor versión de su evento, comportando una ligera –o no tan ligera- distorsión de la realidad: se suele transmitir una realidad mejorada de lo que realmente ha sido el evento. Si cuando vemos las fotografías o vídeos no tenemos pensamiento crítico (que evalúe la situación en su amplitud) nos podemos llegar a pensar que todo el mundo lo está pasando “genial”, “estupendamente” y nosotros tenemos vidas mediocres e insignificantes. Esta interpretación de los hechos es, sin duda, sesgada y fomenta la aparición de pensamientos con ideas irracionales y de tipo absoluto  blanco-negro o todo-nada.

Si cuando vemos las fotografías o vídeos no tenemos un pensamiento crítico nos podemos llegar a pensar que “todo el mundo lo está pasando genial” y nosotros tenemos vidas insignificantes

Es sano y natural tener interés por lo que sucede en el mundo y curiosidad por lo que están haciendo personas cercanas a nosotros, del mismo modo que también es lógico que podamos sentir cierto disgusto por no haber vivido el evento que estamos viendo en las redes. Aun así, si este malestar es intenso y te dificulta poder disfrutar de tu día a día o te invaden pensamientos recurrentes que te martirizan es importante que puedas consultar a un experto de la psicología para poder abordar lo que te está sucediendo.

Desde la consulta de Psicología ubicada en Barcelona, el barrio de Les Corts, realizamos tratamientos psicoterapéuticos con adolescentes y jóvenes así como con adultos para ayudar a tratar este y otros problemas. Puedes llamar al 644 48 48 89 para pedir hora de visita o mandar un correo electrónico a psicologiaroca@copc.cat para solicitar terapia online.

Roca Balagué

Psicólogo Colegiado 16563

Psicología Roca

Consulta de Psicología en Barcelona