El martes pasado me encontré con una amiga y su hijo en el Turo Park, en el barrio de Sant Gervasi de Barcelona.
Mientras su hijo jugaba con otras niñas y niños, ella me contó los problemas que tenían ella y su pareja para educar a su hijo. “A veces me dice que está aburrido o berrea y para contentarle le doy lo que quiere para que esté contento”. Educar es una tarea muy difícil y a veces podemos tener dudas sobre si lo que hacemos es lo correcto.
Hoy en día, un recurso para mamás y papás es dar a nuestros hijos e hijas toda la diversión posible para hacerles felices.
Cuando las niñas y los niños se van haciendo mayores, cada vez es más difícil que siempre tengan lo que desean. Es en este momento en el que van a entrar en contacto con la frustración, la impotencia y, tal vez, la ira.
Es relativamente fácil darle de todo lo que quiere a un niño: golosinas, cromos de colecciones de moda, helados, la tablet… Y de esta manera tenerle contento. Esto es bonito, pero no siempre podrá ser así.
Cuando las niñas y los niños se van haciendo mayores, cada vez es más difícil que siempre tengan lo que quieren. Es en este momento en el que van a entrar en contacto con la frustración, la impotencia y, tal vez, la ira.
Enseñar a nuestros hijos a esperar y que no siempre pueden tener lo que quieren, les hará más fuertes como personas.
Siempre podemos aprender a contactar con nuestras emociones y sentimientos, pero resulta más fácil contactar con ellas de pequeños e ir aprendiendo a gestionarlas poco a poco, en lugar de tener que aprenderlo con 15 años.
Enseñar a nuestros hijos e hijas que la espera forma parte de la vida, que no lo podemos tener todo cuando queremos… que el aburrimiento existe y es importante saber convivir con él, les ayudará a ser más fuertes como personas.
Muchos de los problemas de conducta y de conflictos familiares en adolescentes (pero también en niños) vienen por la incapacidad de contactar y gestionar las propias emociones.
Consejo
Cuando creas que el juego está siendo excesivo para tu hijo, o que ya ha comido suficientes golosinas sé valiente y explícale que, por hoy, ya es suficiente. Proablemente se enfade o no lo entienda. En este momento puedes acompañarle en su enfado y, sin ser insistente, explicarle que tú tampoco tienes todo lo que deseas y que es normal que ahora se sienta mal. Si se tercia lo puedes complementar con alguna muestra de afecto. Lo más probable es que no lo entienda y siga enfadado: déjale espacio para que pueda contactar con sus propias emociones.
Sé que es muy difícil… Aún así, es importante aprender ya de pequeños a gestionar la frustración. Vamos a seguir hablando de esto en otros posts.
¡Un saludo!
Roca Balagué
Psicólogo Colegiado 16563
Consulta de Psicología en Les Corts