Desde la consulta de Psicología de Barcelona, en el barrio de Les Corts, esta semana seguimos con la serie de posts “Terapia de pareja en Barcelona” y si ya hemos hablado de los mitos del amor romántico hoy abordaremos los problemas más comunes que pueden tener los matrimonios o parejas.
Algunos de los problemas más comunes que se trabajan en la terapia de pareja son:
- La mala comunicación.
- La rutina
- Problemas con el sexo
- Los celos
- La falta de autonomía o independencia
- Falta (o diferencia) de proyectos de futuro
- Cambios en la familia
- Infidelidad
Aunque los inicios de una relación afectiva pueden no ser tan fáciles o idílicos como nos describen las películas, los problemas más serios y profundos que facilitan las crisis de pareja o crisis matrimoniales acostumbran a surgir más adelante. ¿Por qué?
En la fase de enamoramiento las parejas muestran su mejor faceta de sí mismas pero después pueden surgir los problemas
Las parejas se constituyen por atracción e intereses comunes, es por este motivo que en la fase de emparejamiento las parejas mostrar sus mejores facetas. ¿Qué quiere decir esto? Cuando alguien nos gusta, para seducirle y acercarnos más a la otra persona, intentamos ser más atractivos para el otro y ocultar las cosas que sabemos (o intuimos) que no le gustarán. Esto puede inducir (y lo hace en muchos casos) a transmitir una versión mejorada de nosotros mismos que, con el paso del tiempo, se irá desvaneciendo poco a poco.
- La mala comunicación
Uno de los principales indicadores de una relación de afectiva sana es tener una buena comunicación. Tener una comunicación eficiente significa poder transmitir a nuestro marido o mujer lo que pensamos, sentimos y necesitamos de un modo asertivo. ¿Qué significa esto? Poder expresar lo que nos ilusiona o nos preocupa de un modo no dañino y siendo honestos con nosotros mismos. Y, vamos más allá, a veces si somos sinceros con nosotros mismos llegaremos a la conclusión que hay aspectos personales en los que nuestra pareja no nos puede ayudar y dependen exclusivamente de nuestra responsabilidad.
Es decir, mantener una buena comunicación debe tener el equilibrio en compartir con nuestra pareja lo que nos inquieta a la vez que no volcando en ella la responsabilidad de aspectos que solo nosotros podemos resolver (problemas con el trabajo, conflictos con las propias familias, etc.).
- La rutina
La falta de novedades o de nuevos proyectos, la monotonía del día a día, la distribución de las tareas domésticas… pueden ser aspectos que deterioren poco a poco las relaciones de pareja y conlleven tedio o frustración.
Será importante mejorar las habilidades comunicativas de la pareja así como generar nuevas ilusiones y proyectos por compartir.
- Problemas con el sexo
La frecuencia, la calidad, la monotonía… El sexo es cosa de dos y, en pareja, es la unión entre pasión y afectividad. Por este motivo, es complicado que las parejas se puedan entender en todos estos aspectos. Es habitual que uno de los dos miembros le apetezca más el sexo y a otro menos, que las prácticas acaben repitiéndose hasta dejar de generar pasión o novedad, etc.
- Los celos
Ya comenté en el anterior post “Terapia de pareja (I): el mito del amor romántico” los problemas que pueden surgir con los celos. Muchas parejas pueden llegar a pensar que los celos son una demostración de amor pero, lejos de eso, son la manifestación de inseguridades y miedos que pueden deteriorar la relación de pareja.
- La falta de autonomía o independencia
Muchas parejas cuando se constituyen empiezan a compartir tiempo y actividades. A lo largo del tiempo puede suceder que hayan dejado de lado las aficiones personales. Reducir o anular el espacio personal nos hará más frágiles como personas y nos hará más dependientes. Para más información puedes ver la cadena de posts “¿Qué relación de pareja tengo?”, especialmente el post “Relaciones de dependencia o relaciones tóxicas”.
- Falta (o discrepancia) de proyectos de futuro
Puede pasar que, una vez satisfechos aquellos objetivos que la pareja tenía en común (ir a vivir juntos, formar una familia, etc.) no haya más objetivos en común y exista una vivencia negativa sobre la falta de proyectos. También puede existir una discrepancia en relación al futuro, por ejemplo, la mujer quiere tener hijos y el hombre no (o viceversa). Otra situación se puede dar en aquellas parejas en la que los miembros están en puntos vitales distintos: mientras uno de los dos viene de una relación anterior con hijos, el otro miembro viene de una etapa de soltería. Así pues, es fácil que ambos miembros tengan necesidades distintas.
- Nacimiento de un hijo/a
Muchas parejas tienen la esperanza que el nacimiento de un nuevo hijo o hija conllevará la solución de sus problemas y les unirá más como pareja. Tanto si el proyecto de paternidad/maternidad es deseado como si no es planificado, el hecho es que el nacimiento de un hijo conlleva nuevos retos en la que la pareja antes no se enfrontado. Así pues, un nuevo miembro en la familia supondrá ejercer nuevos roles a lleva a cabo, reorganización de la economía doméstica, renunciar a planes de ocio y, especialmente al principio, menos horas de descanso.
El apoyo de la familia extensa (abuelos, tíos…) y amigos, la posibilidad de facilidades laborales para la conciliación familiar van a ayudar a reducir el estrés. Aun así, el aspecto básico que depende de la pareja será mantener una sana comunicación entre sus miembros para compartir alegrías, miedos y frustraciones.
- Emancipación de los hijos/as
La emancipación de los hijos y las hijas es otro aspecto puede significar un problema en la relación de pareja o matrimonio. Algunas parejas han centrado su atención en la crianza de los hijos y durante muchos años su relación se ha basado en la educación de estos. Hay familias que sufren el conocido “síndrome del nido vacío” cuando los hijos se van de casa y, este síndrome, afecta directamente a la pareja.
- Infidelidad
Uno de los aspectos que más deteriora las relaciones de pareja o matrimonios es la infidelidad por parte de alguno de los cónyuges. La infidelidad (ya sea emocional o sexual) rompe la confianza establecida entre los miembros de la pareja. La mayoría de parejas se definen como monógamas, es decir, mantienen relaciones solo con su cónyuge y este es un acuerdo establecido desde una fase temprana de la relación. Sanear la relación después de una infidelidad no es tarea fácil pero tampoco imposible. Se tendrán que analizar las causas de la infidelidad y también las consecuencias de la misma para poder mirar hacia el futuro.
Y hasta aquí este post sobre los problemas más comunes en las parejas o matrimonios que pueden causar serias crisis hasta provocar la ruptura de la relación de pareja. Si tu compañero/a y tu tenéis problemas en vuestra relación puede ser conveniente poneros en contacto un psicólogo para iniciar una Terapia de pareja.
Puedes llamar para pedir hora al 644 48 48 89 o mandar un e-mail a psicologiaroca@copc.cat en la consulta de psicología en Barcelona.
En el próximo post de “Terapia de Pareja en Barcelona” hablaremos sobre cómo es el amor entre parejas gays o lesbianas.
Roca Balagué
Psicólogo Colegiado 16563
Psicología Roca
Consulta de Psicología en Barcelona